Hack Sign

"Deseo hacer constar que intenté resistir, incluso a sa­biendas de que participar en las reuniones ya era una mane­ra de colaborar. El mero hecho de sentarse a su mesa, en sus mórbidas y climatizadas salas de mármol, te convierte en cómplice del descerebramiento general. Su vocabulario bé­lico les delata: hablan de campañas, de blancos, de estrate­gias, de impactos. Planifican objetivos, una primera oleada, una segunda oleada. Temen la canibalización, se niegan a ser vampirizados. He oído decir que la empresa Mars (fabrican­te de barras de chocolate que lleva el nombre del dios de la guerra) numera el año en 12 periodos de 4 semanas; ¡no se refieren al 1 de abril sino al «P4 S 1»! Son militares, eso es todo, enfrascados en llevar a cabo su Tercera Guerra Mun­dial.


Permitidme recordaros que la publicidad es una técni­ca de intoxicación cerebral que fue inventada por el ameri­cano Albert Davis Lasker en 1899, y que, sobre todo, fue desarrollada con gran eficacia por un tal Joseph Goebbels en los años 1930, con el objetivo de convencer al pueblo alemán de que quemara a todos los judíos. Goebbels fue un consumado redactor-creativo: «DEUTSCHLAND ÜBER ALLES», «EIN VOLK, EIN REICH, EIN FÜHRER», «ARBEIT MACHT FREI»... Recordad siempre esto: con la publicidad no se juega.
No existen grandes diferencias entre consumir y consu­mar.

En un momento dado, creí que podía llegar a ser el gra­no de arena en el engranaje. La semilla rebelde en el vientre todavía fecundo de la bestia; soldado raso en la infantería del global marketplace. Pensaba: «uno no puede desviar un avión sin subir a él, hay que cambiar las cosas desde den­tro», como decía Gramsci (Gramsci queda más chic que Trotski, pero preconiza la misma idea de atacar desde dentro. Podría haber citado perfectamente a Tony Blair o a Daniel Cohn-Bendit). Eso me permitía llevar a cabo el tra­bajo sucio. Al fin y al cabo, los hijos del mayo de 68 empe­zaron haciendo la revolución y acabaron metiéndose en la publicidad -yo quería hacer lo contrario"­

13'99, Beigbeder

Pasando a temas un poco más mundanos…me corroe la envidia! Un amigo mío me llamó ayer para decirme que estaba en el Salón del Cómic de Barcelona. Algún año intentaré ir, aunque será difícil, ya que los de la Universidad, sabiendo lo que nos gustan estas cosas, pensaron, “¿cómo podemos fastidiarlos más? ¡ya está! ¡Pongamos los exámenes para que coincidan con el festival del cómic!”. De todas formas es lo mejor, por que no habría aguantado ni diez minutos sin gastarme hasta el billete de vuelta comprando y comprando…¡viva el consumismo! La cosa podría ser peor, podría pasar aquí como en Japón, donde tienen macro-centros comerciales SOLO de cómics. ¿Qué os parece? ¿Os imagináis un Carrefour del cómic? ¡Lo mismo que les pasa a mis tías cuando van a la Serreta, Continente o Mercadona, me pasaría a mí!

El Salón del Cómic

Hablando de Japón, desde allí nos llegan noticias (un poco atrasadas, eso sí) sobre lo último que se les ha ocurrido. Hace unos meses me pasaron una serie llamada Hack Sign (en Japón apareció en el 2002) que era, como decirlo, ligeramente extraña. En ella el protagonista se encontraba, sin ninguna explicación previa, atrapado en un mundo virtual medieval creado para que la población japonesa pasara el rato. La gente iba al trabajo, hacía vida normal y, cuando se aburría, se conectaba a dicho mundo para ser un mago, un guerrero, un asesino. El caso es que dicho protagonista descubre, consternado, que el no está conectado a ningún aparato, y que no puede salir. Es más, resulta que la gente con la que lucha sufre las consecuencias en la vida real. Y para que contaros más…

Bienvenido...

"En el año 2005, un virus informático llamado Pluto Kiss colapsa totalmente el tráfico de información de la Red en todo el planeta, excepto, misteriosamente, en los ordenadores equipados con un nuevo sistema operativo llamado "ALTIMIT". Como consecuencia, en el año 2007 el World Network Council (un organismo dependiente de la ONU para cuidar de la seguridad en la Red) anuncia que todos los servidores "raíz" migrarán a este sistema operativo para evitar un nuevo incidente. A raíz de esto, ALTIMIT empieza a extenderse como la pólvora hasta que llega a estar instalado en el 99% de los ordenadores del mundo (datos de 2010).

En ese mismo año, una restricción que impedía utilizar la Red para fines de entretenimiento (como consecuencia del ataque de 2005) es retirada, y casi inmediatamente, una compañía llamada CC pone a la venta un videojuego para ALTIMIT llamado "The World", un MMORPG con unas posibilidades nunca vistas hasta la fecha. Al ser el único juego de su clase aparecido en mucho tiempo obtiene un éxito arrollador (según los datos de 2010, 20 millones de usuarios y subiendo). Pero en realidad The World es mucho más que un juego. Es algo que cambiará para siempre las vidas de muchas personas..."

Bueno, pues esto no era más que otra serie normalilla que iba a pasar inadvertida por mis manos, cuando a los pocos días un amigo me cuenta que la idea es real. Los japos han inventado dicha realidad virtual, y en las tiendas de videojuegos se distribuye el software para introducirse en este mundo medieval, pagando una cantidad determinada por crear tu imagen, aprender unos hechizos, matar o comerciar con otra gente, etc…Aquí se mezclan el concepto de los tamagotchis, la compra-venta por Internet, los chats, etc. Y por si fuera poco, algunos de los usuarios se han asociado para convertirse en los “guardianes” del sitio. Persiguen a los que incumplen unas leyes estrictas, descubren, denuncian y detienen a los piratas informáticos que violan las normas de programación e incluso están comandados por personajes de la “realeza” de dicho lugar, usuarios que han alcanzado una gran experiencia y poder, consiguiendo privilegios en Internet y que son venerados...


Este es su mundo...

Inevitablemente, han surgido los adictos a dicho juego, gente que no sale de su casa y no va al trabajo. Casi ni duermen, por estar entre 12 y 18 horas o más al día moviéndose por un terreno virtual del tamaño de… ¡un planeta entero! Hace también unos meses, en Europa surgió el programa homólogo al japonés, basado en la idolatrada serie de Matrix, aunque con bastante más limitaciones.


Y eso es todo por hoy! Bye a todos...